¿Chamanismo como origen del Yoga?
El yoga actual es la evolución de una filosofía o tradición de miles de años de antigüedad originada según algunos historiadores en El Valle del Indo (actualmente territorio de Paquistán), donde son halladas multitud de figuras de piedra y sellos en antiguos emplazamientos pertenecientes al año 3000 a.C.
Las posturas de estas pequeñas estatuas recuerdan a las de los practicantes de yoga mientras realizan asanas o posturas de meditación. Estos descubrimientos nos indican que posiblemente ermitaños y ascetas de aquella época, buscaban en estas tierras la soledad para evolucionar y despertar tanto física como mentalmente.
Sin embargo, arqueólogos y estudiosos del yoga encuentran que la historia del yoga proviene de mucho antes de la época del Valle del Indo, plantean que hunde sus raíces en el chamanismo de la Edad de Piedra, la práctica espiritual más antigua conocida. Se basan en la similitud del yoga con el chamanismo. Creen que son dos sistemas muy parecidos donde ambas prácticas se centran en la salud y el bienestar tanto del cuerpo como del alma de los miembros de la comunidad.
Aunque el yoga muy probablemente no surgió en sí del chamanismo, lo que sí hizo fue asimilar algunos de sus características, como el ascetismo y la necesidad de meditar para expandir la conciencia y buscar en el interior de uno mismo.
Encontramos entonces que chamanismo y yoga son dos caminos que, espiritualmente hablando, han evolucionado en paralelo.
Con liturgias muy diferentes pero también con similitudes, reconociendo ambas por ejemplo la importacia de la armonía con la naturaleza y la búsqueda de estados superiores de conciencia para experimentar una realidad más allá de la que percibimos con los sentidos.
Los antropólogos suelen definir al chamán como “el intermediario con el mundo espiritual que utiliza para ello los estados alterados de conciencia”, inducidos mediante la respiración chamánica, la danza, el sonido rítmico del tambor y en ocasiones también con el uso de plantas enteogénicas.
El yogi busca la integración del verdadero Yo (Atman) con el Absoluto (Brahman) a través de metódicas prácticas de asanas (posturas físicas), pranayama (control de la respiración) y meditación.