Sentirse mejor y más calmado: 5 posturas de yoga para reducir el estrés y la ansiedad
El estrés y la ansiedad son dos de los problemas más comunes a los que nos enfrentamos hoy en día. La presión constante por alcanzar la cima laboral o social, las preocupaciones y el estilo de vida acelerado pueden afectar negativamente a nuestra salud y bienestar emocional.
Cuando llega ese punto de ruptura, o incluso antes de llegar a él, hay varias formas de relajarnos y volver a encontrarnos en calma. El yoga para el estrés y la ansiedad, es una de esas poderosas herramientas que sirven para canalizar las preocupaciones de nuestra vida y tratarlas desde otra perspectiva.
Beneficios del yoga para calmar la ansiedad y el estrés
El yoga nos enseña a respirar conscientemente y a relajar nuestros músculos, proporcionándonos un rato de desconexión y para centrarnos en nosotros mismos. A través de las posturas, la meditación y la respiración, podemos aprender a manejar mejor las situaciones estresantes de la vida cotidiana y encontrarnos en paz.
Si practicamos yoga con regularidad, podremos llegar a ese nivel de profundidad con nosotros mismos, en el que descubramos que es lo que nos relaja y como hacerlo en situaciones de tensión. Practica yoga para el estrés y la ansiedad, también nos va a proporcionar ese momento de concentración y claridad que necesitamos, permitiéndonos durante ese tiempo, replantearnos nuestras prioridades y calmar esos pensamientos negativos que rodean nuestra psique.
Esto hace que nuestro sistema nervioso se estimule y podremos reducir esos estados de ánimo negativos que tan perjudiciales son para nuestra salud, y nos da una idea de lo importante que es pararse para reflexionar y cuidarnos a nosotros mismos.
Posturas de yoga para calmarnos
Estas son algunas de las posturas de yoga para el estrés y la ansiedad que puedes practicar para ayudarte a respirar y volver a sentirte en conexión con tus emociones positivas:
1.Postura del niño (Balasana): Ideal para relajar la mente y liberar tensiones en la espalda. Siéntate sobre tus talones y baja el torso hacia el suelo, estirando los brazos hacia adelante. Respira profundamente y relájate en esta postura durante varios minutos.